CORONA DE ADVIENTO
Se denomina corona de Adviento a un adorno hecho con ramas de abeto o pino, con cuatro velas, que es colocada sobre una mesa durante el tiempo de Adviento. Las cuatro velas son de los colores que se describen a continuación:
Morado: Representa el espíritu de la vigilia.
Verde: Representa la esperanza.
Rosa: Representa la alegría por la cercanía del nacimiento de Jesús.
Blanco: Representa la presencia luminosa de Dios.
El año litúrgico comienza con el Adviento. Se enciende una de las cuatro velas cada domingo de los cuatro que dura el Adviento, para indicar el camino que se recorre hasta la Navidad. El primer domingo de Adviento una, el segundo dos, y así sucesivamente. El orden de encendido es: morado, verde, rosa y blanco.
Además de ser un elemento decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos.
Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, aprovechamos esta "Corona de Adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz.
Morado: Representa el espíritu de la vigilia.
Verde: Representa la esperanza.
Rosa: Representa la alegría por la cercanía del nacimiento de Jesús.
Blanco: Representa la presencia luminosa de Dios.
El año litúrgico comienza con el Adviento. Se enciende una de las cuatro velas cada domingo de los cuatro que dura el Adviento, para indicar el camino que se recorre hasta la Navidad. El primer domingo de Adviento una, el segundo dos, y así sucesivamente. El orden de encendido es: morado, verde, rosa y blanco.
Además de ser un elemento decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos.
Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, aprovechamos esta "Corona de Adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz.
I DOMINGO DE ADVIENTO (encendemos la vela morada)
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
Al comenzar el año litúrgico vamos bendecir esta corona con la que inauguramos también el Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo.
¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! (Is 60,1)
Oremos:
La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
hemos preparado esta corona con ramos del bosque
y la hemos adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor,
que mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel que,
por ser la luz del mundo, iluminará nuestras oscuridades.
El que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
II DOMINGO DE ADVIENTO (encendemos la vela verde)
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
Ahora Hermanos, encendemos la segunda vela de esta corona de Adviento, unidos en una misma esperanza, pidamos al Señor que su salvación llegue a nosotros y al
mundo entero.
Oremos:
¡Ven Señor Jesús! ¡Ven pronto a salvarnos!
Para los que viven en tribulación...
Para los que no tienen esperanzas...
Para los que se quedaron sin aliento...
¡Ven Señor Jesús! ¡Ven pronto a salvarnos!
III DOMINGO DE ADVIENTO (encendemos la vela rosa)
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
Este es el tiempo propicio para anunciar la liberación de los pueblos y de los hombres, por eso al encender la tercera vela de esta corona de Adviento, anunciemos con ella la Buena Noticia: el Señor viene a salvarnos, ya es hora de abandonar el miedo, ya es hora de decir sí a Dios.
Oremos:
¡Ven pronto Señor que te esperamos!
Para aliviar el sufrimiento de los que tienen el corazón destrozado...
Para aliviar el hambre de los hambrientos de pan, de amor y de Dios...
Para aliviar el cansancio de los que no encuentran sentido a la vida...
¡Ven pronto Señor que te esperamos!
IV DOMINGO DE ADVIENTO (encendemos la vela blanca)
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
En este cuarto domingo de Adviento, encendemos la última vela de la corona. Pensamos en Santa Maria Virgen, ella como nadie esperó al Salvador.
Oremos:
Señor te sembraste en ella y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa,
también nosotros queremos prepararnos para recibirte.
El Señor esta cerca, escuchamos su mensaje:
¡No temas! Yo tengo la alegría que buscas.
¡No temas! Yo vengo en tu ayuda.
¡No temas! Yo soy tu Dios.
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
Al comenzar el año litúrgico vamos bendecir esta corona con la que inauguramos también el Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo.
¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! (Is 60,1)
Oremos:
La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
hemos preparado esta corona con ramos del bosque
y la hemos adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor,
que mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel que,
por ser la luz del mundo, iluminará nuestras oscuridades.
El que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
II DOMINGO DE ADVIENTO (encendemos la vela verde)
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
Ahora Hermanos, encendemos la segunda vela de esta corona de Adviento, unidos en una misma esperanza, pidamos al Señor que su salvación llegue a nosotros y al
mundo entero.
Oremos:
¡Ven Señor Jesús! ¡Ven pronto a salvarnos!
Para los que viven en tribulación...
Para los que no tienen esperanzas...
Para los que se quedaron sin aliento...
¡Ven Señor Jesús! ¡Ven pronto a salvarnos!
III DOMINGO DE ADVIENTO (encendemos la vela rosa)
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
Este es el tiempo propicio para anunciar la liberación de los pueblos y de los hombres, por eso al encender la tercera vela de esta corona de Adviento, anunciemos con ella la Buena Noticia: el Señor viene a salvarnos, ya es hora de abandonar el miedo, ya es hora de decir sí a Dios.
Oremos:
¡Ven pronto Señor que te esperamos!
Para aliviar el sufrimiento de los que tienen el corazón destrozado...
Para aliviar el hambre de los hambrientos de pan, de amor y de Dios...
Para aliviar el cansancio de los que no encuentran sentido a la vida...
¡Ven pronto Señor que te esperamos!
IV DOMINGO DE ADVIENTO (encendemos la vela blanca)
V/ Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/ Que hizo el cielo y la tierra.
Monición:
En este cuarto domingo de Adviento, encendemos la última vela de la corona. Pensamos en Santa Maria Virgen, ella como nadie esperó al Salvador.
Oremos:
Señor te sembraste en ella y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa,
también nosotros queremos prepararnos para recibirte.
El Señor esta cerca, escuchamos su mensaje:
¡No temas! Yo tengo la alegría que buscas.
¡No temas! Yo vengo en tu ayuda.
¡No temas! Yo soy tu Dios.